Celebramos hoy en PERSONXXI, la apertura de algo que es, que quiere ser mucho más que una nueva sección en un espacio digital. Es incluso más que el acercamiento de fronteras. En un mundo global, en el que las distancias se hacen siempre ya pequeñas, en el que las distancias entre unos y los otros disminuyen de modo fundamental, en el que los escamoteos para ventajismos no cuelan, porque estamos todos tan cerca, que es absolutamente ridículo y bobo tramitarnos en plan tahúr, como trapisondistas vernos con recelo, desde artificiosas corazas,para caras de risa o de espanto según venga de cuarta arriba, o de cuarta abajo nuestro transeúnte o sedentario compañero.
Concierne afrontarnos resueltamente para convenir miradas de atención a la par a la casa común. Que no es poca cosa. Ni pequeño lo que nos queda por emprender juntos. Al quererla habitable. Ya la frontera no está en tu jaula, o en la mía. Porque la Patria, nuestra Patria ahora mismo es la Humanidad , y en este terreno no hay fronteras que nos separen.
Brasil es una potencia emergente, con cuantiosas riquezas naturales, con itinerario de muchos en los dos últimos siglos coíncidente y en línea y no poca experiencia de lo que la humanidad hoy necesita. Superar distancias y barreras culturales, espacios nutridos y de repercusión ignota, para entablar dialécticas de vida, entendimiento y
superación de compulsiones contrapuestas, casi contradictorias en el arranque y sin embargo compatibles, es hecho constatable. Y magníficamente resuelta en la generalidad del país. Brasil, significa no sólo ahora mismo una gran promesa de riqueza material, sino fundamentaalmente un caudal enorme de juventud, optimismo y vida. En términos en los que al resto de la humanidad le interesa recoger, aprender y hacer norma para el mejor aprovechamiento de la propia vicisitud. Y no es , o acaso sí, casualidad que en las componentes en las que haya de determinar el futuro sobre la tierra, sea su potente naturaleza elemento de primer orden en lo que hay y pueda hacer respirable, o no la vida. Para la totalidad del hecho humano. Ellos, los brasileños se encuentran altruistamente dispuestos a dotarnos en ese sentido, y hacer una gran parte del esfuerzo. Pero no es desdeñable ni poca cosa lo que podemos igualmente hacer los demás en el mismo empeño. En todos los idiomas, en cualquier idioma. Con la misma mirada.
Encima es que ahora mismo muchísimos brasileños se encuentran entre nosotros, contagiándonos su alegría de
vivir, su fe en el futuro: ávidos por aprenderlo todo y prontamente hacerlo fructificar. Como corresponde a la vida joven, en cada una de sus facetas, resueltas , palpitantes y "teimudamente" insistentes para empapándose en todo, ser capaces de poder con todo. ¡Bienvenidos brasileños!, ¡bienvenidos a Brasil! Bienvenido Brasil al mundo! Bienvenidos al espacio que hacemos Brasil, y propio. Un rincón abierto de humanidad, ¡para la nueva vida! Si tenemos problemas en el tejado, nos toca a los humanos, simplemente humanos, la tarea. Sin esperar a que ningún ser inventado, a que ninguna Ficción tenga que recomponernos la realidad, se ocupe pajoleramente de ese menester, se encargue de la encomienda. Es sólo cosa nuestra. Conjurarnos en el empeño. Por solucionarlo.